22 mayo, 2018

PUNTEOS, LOOPS Y DEMASES: ¿se ha vuelto Marta Sánchez un títere de la derecha liberal española?

Lo que abordo a continuación mezcla música y política, pero de manera gruesa. Marta Sánchez, cantante pop española que empezó en Olé Olé y en los noventa dejó huella con algunos sencillos todavía tarareables como "Desesperada" o "Arena y sol" (Nicole Slow, esa bomba sexy criolla, la entona), ha dado un paso muy peligroso. Se ha atrevido a ponerle letra al Himno Nacional de España, el cual desde su creación como una marcha dedicada a los que lanzaban granadas en las batallas nunca tuvo versos. Alguna vez, si mal no recuerdo, se llegó a hacer un concurso para agregarle texto. Lo cierto es que Martita, quien ha dicho varias veces que no se siente afín a ningún partido político, aceptó cantar esa versión del Himno en un acto convocado por un movimiento que lidera Albert Rivera, hombre fuerte del partido Ciudadanos, personaje que en ciertos sectores ven como candidato presidencial, con posibilidades de suceder a Mariano Rajoy. Los más ingenuos hablan de que la misma que tuvo en una canción a Slash (Guns N´Roses) tocando la guitarra (menuda cosa bizarra) demuestra su amor verdadero a España, bla bli blu. Uno mismo se espanta. Más si la propia Sánchez ha dicho que en su próximo disco quiere meter este artefacto envuelto en la bandera rojiamarilla. Y conociendo el historial suyo, en el que pillamos duetos horrendos como "Vivo por ella" con Andrea Bocelli, el ciego italiano que le tiene mala a nuestro Tito Beltrán, o ese "Colgando en tus manos" con Carlos Baute, su capacidad de ponerle voz a bodrios es inconfundible. Y me pregunto si Marta Sánchez se está volviendo un títere de la derecha liberal de su país. Anda cerca, joder. Posteriormente a esa aparición, la cantante dio una entrevista telefónica a un espacio televisivo quejándose de las críticas, las cuales apuntan a cosas como que tiene casa en Miami. Marta, cuando uno se mete en la tarasca del lobo hay que apechugar, o como le gusta decir a Fran García-Huidobro: si te gusta el durazno, báncate las pelusas. Prefiero mil millones de veces escuchar a Demi Lovato (en noviembre salda la deuda de su directo en el Movistar Arena, pendiente desde abril) cantando el Himno de Estados Unidos antes de una pelea del sobrao de Mayweather que mamarme a la Sánchez y su patriotismo melifluo instrumentalizado. Cosa de gustos.

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