INFOLIOS DE ESTE TIEMPO Y OTROS: Fabián Casas mirando hacia el vaivén adolescente

Fabián Casas es un escritor argentino señalado como parte de un grupo de autores noventeros. Ha trabajado en El Gráfico y en el diario Olé, ambos medios de corte deportivo. En su trayectoria como poeta ha publicado libros como TUCA (1990), POGO (1999) y BUENO, ESO ES TODO (2001). Pero en esta ocasión me centraré en su trajeado de narrador, revisando LOS LEMMINGS (Casa de la Poesía, 2002), breve relato que más tarde incluirá en LOS LEMMINGS Y OTROS RELATOS (2005). Este cuento lo redactó Casas durante su paso por Iowa City, en 1998, y se demoró 35 minutos en terminarlo, tal como cuenta Wáshington Cucurto en el prólogo, donde expone que esta es una historia sencilla escrita en un lenguaje más sencillo aún, un lenguaje en pleno movimiento, que intenta demostrar la facilidad de leer, de seguir una historia sin perderse desde el principio al fin. Esa es su gloria. Andrés Stella es el protagonista y narrador, un muchacho que echa la vista atrás hacia cuando era un escolar, asistiendo al colegio Martina Silva de Gurruchaga. Stella cuenta casi sin pausas, y sin irse por las ramas, cómo hacía para pasarlo bien en esos días adolescentes, juntándose con amigos a jugar a la pelota en un baldío y obsesionándose con una tal Patricia Alejandra Fraga, muchacha que vivía cerca. Intentando acercarse a ella sostiene conversaciones con Angelito, su hermano, a quien invita a los partidos del baldío; también va donde un compañerito que vive en el mismo edificio que ella, Eduardo Canale, con la misma intención vana. Entre esas peripecias, Stella descubría que el Talasa, un jarabe para los bronquios que el tano Fuzzaro tomaba, se podía disfrutar como una droga que le quitaba la ansiedad y lo hermanaba con sus amigotes. LOS LEMMINGS es un texto pretendidamente imperfecto y grato de leer, cuyo estreno como plaquette llegó a mis manos gracias al mencionado Cucu.