Bueno, todavía avanza el tiempo en este Viernes Santo 2011, que en Santiago tuvo bastante lluvia, ¿no creen? Lo habitual en un día como el que vivimos es que: se consuma pescado o mariscos en lugar de la carne por preceptos católicos, se ore o se reflexione en familia, se vean las mismas películas cristianas o de romanos por TV abierta, se vaya a una procesión de alguna iglesia cercana...
A título personal, propongo otro ritual muy importante, que se contrapone radicalmente a uno de los anteriormente mencionados: el de desenchufar el televisor al menos por el día en cuestión. Y puede que mañana la siga teniendo sin conectar. Es que no necesito que me cuenten la misma historia, si como católico (pero post-posmoderno, jamás de los que van el domingo a la misa de las 9) ya tengo claro que gracias a Dios estoy aún vivo, y que Jesucristo es el ídolo más grande de la historia de la humanidad, más que John Lennon, Morrissey, Maradona, Thom Yorke, Lady Gaga o la Tanza Varela. Y así será, per saecula saeculorum. AMÉN.
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