En el diario La Tercera de ayer domingo 24 de octubre (pp. 20-22) apareció una nota de Sebastián Rivas llamada "Y usted, ¿qué tipo de votante es?", la cual incluye las intervenciones de dos cientistas políticos como Kenneth Bunker y Mauricio Morales. Allí se describen 7 tipos de votantes: el útil (¿tonto útil?), el ideológico, el antivotante, el tímido, el de protesta, el ganador y el no votante.
Si reviso mis posturas, mis intenciones sufragistas y mis decisiones definitivas desde que empecé a votar a fines de los 90, la cosa va así: nunca he sido un votante útil, porque si velo por lo que supuestamente me conviene sería un tipo frío y egoísta; tímido tampoco, porque no busco que otras personas influyan sobre mí, a menos que sean rostros mediales creíbles o artistas que valgan la pena, cosas de ser un lobo estepario -y más en esta pandemia maldita. Votante ideológico y ganador fui cuando creía en el relato (ah, el relato: la alegría ya viene, gana la gente, crecer con igualdad, estoy contigo... ese pedazo de onda) de la Concertación, cuando como muchos creí en lo que Lagos y Bachelet decían. Antivotante sí fui al evitar a Piñera o Lavín, incluso ahora que no deseo ver a Sichel o a José (Antonio) Kast tengo algo de eso.
Al día de hoy me veo más como un votante de protesta, que no quiere estar donde calienta el sol (como pasaba en mi etapa proconcerta) sino apostar por alguien que no es el gran favorito, que representa una opción diferente. Lo hice con Franco Parisi y con la hoy constituyente Beatriz Sánchez. Lo curioso del escenario incierto actual, y eso lo anota muy bien Kenneth Bunker, es que Gabriel Boric parecía ser el underdog del cuento, y tras vencer en las primarias de Apruebo Dignidad a Daniel Jadue pasó a ser una opción con grandes posibilidades de llegar a La Moneda. De momento a Gabriel lo veo como segunda opción, ya que Parisi me interesa más, aunque si el hombre del PDG no se aparece pronto sólo me quedará seguir al del Frente Amplio. Respecto al perfil del no votante (porque como decía esa canción de Rush, si eliges no decidir aun así estás haciendo una elección), lo soy a medias si considero que en las segundas vueltas de 2013 y 2017 no le fui a nadie. Ni Bachelet ni Matthei, ni Piñera ni Guillier. A ver cómo nos toca en noviembre. Es verdad que el voto es secreto, pero lo es en esencia sólo en el momento de ejercerlo en el local asignado, al tomar el lápiz, al hacer la marca, al tener una conducta neutra. Fuera de eso, en esta tribuna yo no dejo de transparentar mi apoyos y mis repudios.
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