07 febrero, 2009

MINIMALIAS Y MAXIMALIAS: adiós, Pin Pon

Anoche, pasadas las 23 horas, mientras Fernando González jugaba un partidazo con Juan Mónaco, por el Abierto de Tenis de Viña, perdimos a otra persona ligada a la actuación (Yoya Martínez lo hizo hace muy poco, llegando hasta los 96 años): se trata de Jorge Guerra, quien se hizo conocidísimo por encarnar al muñeco Pin Pon. Guerra (fallecido a los 66) se encontraba internado desde la semana pasada en el Hospital Barros Luco, tras un infarto agudo que devino en arritmia, y por lo mismo permanecía conectado a un respirador. Sus hijos, entre los cuales estaba la también conocida actriz Catalina Guerra, y Ximena Oros, su actual esposa, lo acompañaban. Respecto al famoso personaje que Jorge encarnó, para muchos fue un gran referente de su infancia; en un principio lo acompañaba Valentín Trujillo, el mismo Tío Valentín que después llevó su piano y su simpatía donde el Profesor Rossa; a principios de la década noventa, revivió junto a José Secall, el Tío Pepe. En ese último período conocí a Pin Pon, cuando tenía 11. Tal vez la parte más entrañable de ese muñeco con cuerpo de algodón eran las canciones, como la del gatito blanco, "Método", "Me gusta el sol", o la que describía al propio Pin Pon. CANTAS, CANTO, CANTEMOS (1991) contenía varias de ellas; recuerdo que en casa tuvimos el cassette, que en su cara B contenía las versiones karaoke de las mismas. Este hombre, que también fue esposo de Gloria Munchmeyer y de la cubana Alicia Pedroso, tuvo conciencia del valor particular de su creación, a tal punto que reprochó la parodia que Pablo Zamora y Kurt Carrera, los mismos que crearon al Profesor Salomón y Tutu Tutu, hicieron: el malicioso Ponpín, cuyo nombre fue modificado por Popín para no acarrear más problemas. Una anécdota que Jorge Guerra narró por ahí tenía que ver con su trabajo en la obra La Pérgola de las Flores: se supone que caracterizaba al Urbanista Valenzuela, que debía cantar: Yo soy el Urbanista Valenzuela/mi pega es hermosear... El pianista, a sabiendas que los primeros acordes de esa canción son idénticos a los del tema de Pin Pon, siguió con esas notas contagiosas. En el cielo estará este muñequito de mejillas coloradas, lavándose la carita con agua y con jabón, y esperando encontrar al gatito blanco. Cuídalo, Señor.

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