18 julio, 2022

PAPELERÍA (o poesía): Retrato de la Dominga Siete

 Dominga Siete se llamaba

la muchacha que cruzaba

los rincones más duros;

la muy picarona sabía

que el que se quedara

con ella encontraría 

su día perfecto, su

numeral aceitado rumbo

a algo muy único. Algunos 

decían que la Dominga Siete 

era más bien una sombra, 

un espejismo vago, 

un número inalcanzable. 

Ponerse de acuerdo daba igual. 

Pillar a la Dominga 

era lo deseado, 

                           esa cuerpa

iba como un fantasma 

oliendo a su profundidad salada. 


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