04 diciembre, 2016

INFOLIOS DE ESTE TIEMPO Y OTROS: los primeros pasos hacia la gloria de Lady Gaga

La periodista Maureen Callahan, quien ha trabajado en el New York Post, es la responsable de un tomo que se encarga de un personaje sumamente atractivo en los últimos años, dentro del ambiente musical pop. LADY GAGA: POKER FACE. EL ASCENSO IMPARABLE DE UNA DIVA (Hyperion, 2010; Ediciones B, 2011, traducción de Paula Vicens) nos abre la posibilidad de conocer los pasos que esta joven neoyorquina ha dado antes de encontrarse con la fama definitiva. En poco más de 260 páginas y 11 capítulos somos testigos de los primeros intentos de Stefani Joanne Germanotta por hacer música; desde siempre tuvo el deseo de poner voz a sus propias letras, partiendo desde un perfil rockero. Más tarde la convencerían de meterse de lleno en un rollo más pop, más bailable, con una caja de ritmos tomando el control. Se vincularía profesionalmente (y en lo sentimental, la salsa rosa sabrosona de estas páginas) con gente como Lüc Carl o Rob Fusari, este último mano derecha al componer sus primeros temas y quien después debía recibir dinerillo por derechos de autor, pero Gaga sólo le canceló dos cheques, tras lo cual Rob la demandó, causa en la que se le dio la razón a nuestra protagonista, quien siguió puliéndose como bailarina en el Lower East Side, y luego encontraría su alias definitivo con el que conseguiría un contrato con Def Jam (había tocado el piano frente al mismísimo Antonio L.A. Reid) que fue abortado al rechazarse los temas que había propuesto. Mejor le iría cuando Interscope le abrió las puertas de par en par, dándole el empujón total para que sus canciones tuvieran el alcance justo, invirtiendo de una manera rotunda. Gaga en el camino también había compuesto para Britney Spears y los New Kids on The Block, y justamente fue telonera de estos últimos, repitiendo esa experiencia cuando le abrió en una gira a las Pussycat Dolls. Ya llegarían los momentos (¿o debo decir momentazos?) de Gaga mostrando sus vestimentas alocadas en premiaciones o en programas televisivos, esos video clips ambiciosos con Jonas Akerlund como director y otras circunstancias especiales en el recorrido que se revisa de una manera amena, complementado por el surtido de fotos al medio. Lo que consigue Callahan en esta biografía, cuya edición en español aparecía en marzo de 2011, a meses de lanzarse el álbum BORN THIS WAY, es iluminar más y más los distintos momentos por los que pasaría esta joven que suele mostrarse como una freak que se sentía incómoda en su etapa escolar, una Stefani criada en los sectores más acomodados de Nueva York cuya mirada limpia no dejaba entrever lo poderosa que se volvería sobre el escenario masivo, ni tampoco que los ojos de otras celebridades estarían sobre ella. Lady Gaga ya es un referente absoluto para el mundo entero, y seguro lo seguirá siendo aunque actualmente pase por una fase de más sobriedad estética y sonora, como se muestra en el material de su reciente disco JOANNE. POKER FACE es, indudablemente, material valioso para todo el que se diga un little monster, un libro que refleja en plenitud un fenómeno superpop como el ya descrito.

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