09 enero, 2014

TVMHTD: hasta siempre, Cristina Moreno

Podéis respirar tranquilos: anoche Canal 13 emitió el capítulo final de Soltera Otra Vez, teleserie iniciada en 2012 que tuvo su segundo aire en 2013, y llegó a su fin ahora que 2014 está en pañalitos. Este capítulo cúlmine más bien parecía uno más; no había ese aroma que los consumidores de ficción televisada percibimos cuando todo cierra. Aunque Pascuala, la hija de Álvaro Vergara (Pablo Macaya), fuera a hablar con Cristina Moreno (Paz Bascuñán) porque notó que su papi siempre pensaba en la protagonista, o saliera el rumor de que Álvaro se casaba con otra, o de nuevo él y ella se juntaran a pesar de las peleas y malentendidos, lo de anoche ni tragado con Nordic Mist Ginger Ale (lo que bebí frente al televisor) quedaba como un final magistral.

Eso sí, los diálogos entre Zamir (Nicolás Poblete) y Fabiola (Lorena Bosch), o entre Nicole (la rubia debilidad Josefina Montané) y Rodrigo aka Monito (Cristián Arriagada) tuvieron masa dramática valedera, la excepción honrosa. SOV en su primera tirada fue una pieza brillante (no olvidar que estaba basada en la novela CIEGA A CITAS (2008) de la argentina Carolina Aguirre, adaptada también a la TV en su país de origen) que por más que abordara tópicos muy sobados o que abusara de la dinámica a-lo-sex-and-the-city mostraba un ritmo fiable y una consistencia de calificación casi redonda, mezclando los mecanismos de comedia con el pulso dramático. Pero en la segunda temporada la irregularidad fue moneda común. OK, hubo momentos enmarcables como el embarazo del personaje de Josefina, o cuando Cristina no logra casarse con Gustavo (Paulo Brunetti), pero así como un chicle deja de ser rico si llevas una hora masticándolo, Soltera Otra Vez perdió gracia, las embarradas de la Cristi se volvieron aburridas, sus peleas con el Sr. Vergara ni te digo, peor la verborrea de su hermano Aliro (Héctor Morales). Ni siquiera la aparición de Pascuala, como hija teenager de Álvaro, o el reencuentro de Aliro Padre (José Soza) con sus hijos y con Luisa Tapia (personaje memorable, ¡MEMORABLE!, de Solange Lackington) cambiaron la impresión que se tuvo de SOV en segunda etapa. Aunque para el público masculino, al margen de la historia misma, siempre hubo motivación gracias a la propia Flexible Montané (¿cuántos estamos enamorados de ella?), Loreto Aravena (la atrevida Susy Sánchez, quedándose al final con el héroe o antihéroe, según se mire, del Pelao Monroy, interpretado por Luis Gnecco), Aynara Eder con sus amiguitas del café con piernas (minutos felices, ohhh...) y la incorporación de Juanita Ringeling (Martina, la vecinita borde). Así que Cristina se quedó al final con Álvaro. Superando esos enredos. El hilo no se podía alargar más. A la hora del recuerdo pesa más gratamente la saga de 2012. La segunda a pedazos. Hasta siempre, Cristi.


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