CAJA MALDITA: las conversaciones (innecesarias) de Tomás Cox

Pregunta: ¿fue alguna vez realmente relevante el CARA A CARA (La Red, domingo 11:30)? ¿Servía de veras como entrevista de actualidad? Si alguna vez eso ocurría, era por estar atento a la resonancia de ciertos personajes. No precisamente porque el productor de eventos Tomás Cox fuera un gran entrevistador. Al contrario: su batería de interrogantes cae, hasta el día de hoy, en la simplonería, en lo melifluo, en el cliché, en la polaroid impetuosamente complaciente. El padre de Rita Cox Ferrer (alguien que sí tiene talento conversacional, y merece más que un mísero espacio en el MUCHO GUSTO de Mega) también ahoga toda chance de que sus sesiones en el Hotel Regal Pacific (el anfitrión decía, acertadamente, que el lugar lleva ¡10 años soportándolo!, ríanse) posean cierta transparencia, con esas menciones de auspicio innecesarias, el menos para el televidente no impresionable. Me tocó, ya que la temporada 3 de Una Belleza Nueva cerró en TVN (dando paso a la 2 de CHILE CONECTADO), ver el último domingo cómo Tomás entrevistaba a Daniela Castillo, mujer que ha vuelto a aparecer en los medios por: 1) su separación y regreso desde México; 2) su integración al insoportable programa LA LEY DE LA SELVA (Mega, otra vez), y 3) su relación nuevita con el tenista Fernando González. Mientras miraba y escuchaba a esta bella cantante, volvía a cotejar en mi mente lo aburrido e insoportable que es Mr. Cox, igual no más que Pedro Carcuro, cuando conducía el De Pe a Pa. Bostezable.