05 abril, 2006

PUNTEOS, LOOPS Y DEMASES: recordando a Kurt Cobain (I)

Pasados ya 12 años de la decisión suicida tomada por Kurt Cobain, líder de Nirvana, no me puedo quedar al margen.

Reconozco que en algún momento no tuve pensamientos muy alentadores acerca del hombre en cuestión; durante mi época escolar recuerdo haber dicho algo como que Kurt era una especie de amargado al cual no había que prestar tanto interés, palabras de una subjetividad fácil. Bueno, con el tiempo se afinan los desajustes, y el tiempo hace su tarea. Por ahí alguien que participó en el programa La Personal de Radio Concierto, el ex líder de Jethro Tull (cuyo nombre no recuerdo en este instante), al programar "Smells like teen spirit" aprovechó de manifestar algo parecido. El legado de Cobain y su banda da para atender bastante. Y por lo mismo me he dedicado a escuchar el que fue el último álbum de estudio que Nirvana editó, con nuestro héroe vivo: IN UTERO (Geffen/BMG, 1993). La fuerza del rock más salvaje y más gritado desde las vísceras mismas aunando la belleza de los acordes primarios se representa allí. "Rape me" es puro confesionalismo del deseo que a uno lo hace pedir la herida de alguien. "All apologies" suena desde la vergüenza de estar ahí, a pesar del sol, de la espuma del mar, inclemente. En la vía de lo desquiciado, cómo no, óigase "Milk it", "Radio friendly unit shifter", o, todavía más,"Tourette´s". Tampoco hay que olvidarse de "Frances Bean Farmer will have her revenge on Seattle" (evidentemente dedicada a su hija), por el coro aquel: I miss the comfort in being sad... tan demoledor como un verso de la ya mencionada "Smells like...", eso de que I´m worse in what I do best. Durante las grabaciones de ese álbum ya habían señales acerca de los deseos suicidas de Kurt, por ejemplo, él llegó a facturar un tema previo como "I hate myself and want to die"... Uf. Ahora que Cobain no está, las platas por derechos de autor y otras cosillas van a parar a manos de su viuda, la dudosa (¿qué es sino?) Courtney Love, y su hija, que ya tiene catorce añitos. No hay que dejar de revisitar a Nirvana, mal que mal fueron dignos en la explosión grunge, y uno de los mejores grupos de la década noventa.

En un próximo posteo seguiré evocando a este ícono del rock, pero a través de algo muy particular: las mejores versiones para temas de Nirvana, que pertenecen a cantantes mujeres, y una de ellas apareció justo ese fatídico 1994. Es todo lo que puedo anunciar.

Descansa en paz, Kurt, que acá te escuchamos todavía. Tranquilo.

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